El dibujo es la  mano que guía la idea. Sin dibujo no hay nada que se construya, es la partitura que el músico intérprete debe repetir hasta tocar con el alma. El artista dibuja con el alma y a través de sus ojos recoge las ideas. 

Un buen dibujo todo lo construye, y estructura la línea creativa. La acuarela acaricia con el pincel el dibujo con transparencia, lo adorna y lo eleva a obra maestra cuando el agua se evapora y llega a las nubes.