Reflexionar sobre la realidad en 1991 llevó a la artista a descubrir la abstracción, ese pequeño resquicio que nos ofrece la mente para despegarnos de la realidad, ese punto de extraño que nos lleva a otros mundos sin conexión con nuestros sentidos.

Buscar la relación entre espacio y color nos recuerda a la naturaleza salvaje, y esa ha sido la inspiración con  las flores de colores que quedan en nuestra mente y que arañan con sus espinas y sus tallos nuestro cerebro. Encontramos amarillos de nylon, sepias de algodón, rojos de telas , verdes de lana que nos sugieren cualquier espacio más allá del horizonte.